lunes, 27 de enero de 2014

CÓMO CONTROLAR LA IRA: PAUTAS PARA AYUDARTE



La ira, emoción conectada al enfado, nos sirve como mecanismo de supervivencia que te ayuda a tener la capacidad de tomar decisiones con las adversiones que se nos presenta.
Sentimos que nos encendemos, podemos escuchar el bombeo acelerado de nuestro corazón y nuestras fuerzas parecen incrementarse. Esto debe ser a la movilización de la sangre hacia las manos como preparación para un posible enfrentamiento y a la producción de hormonas (adrenalina) que genera un extra de energía.
El problema viene cuando esa ira o enfado está fuera de control, y en la forma en que la manifestamos a través de nuestras conductas.
Una vez la explosión de respuestas sucede y se deshace pueden aparecer sentimientos de vergüenza o culpa, además de un claro sentimiento de descontrol que causa frustración a la propia persona, y temor a los que le rodean.
Diferentes situaciones pueden hacer que surja esta emoción. A saber: Cuando tenemos miedo en un situación, cuando aparece sentimiento de frustración, frente a una amenaza, cansancio y estresado por otros motivos como el trabajo, cuando nos sentimos humillados o hemos sufrido alguna injusticia, cuando tenemos problemas con personas de nuestro entorno.
Si indagamos y llegamos al origen del porqué nos enfadamos,podemos llegar a controlarla.  

¿Qué podemos hacer?

  • Analizar qué pensamiento ha hecho que aparezca esta emoción. Pregúntate si la situación es acorde a la emoción, es decir, si crees que ha sido desmesurada. Pregúntate en qué estás pensando, que idea te ronda la cabeza que ha hecho que te enfurezcas.
  • Muchas veces nos enfadamos porque malinterpretamos lo que dice o hace otra persona, intentar distanciarse y verlo objetivamente, nos ayudará a relativizar la importancia del enfado.
  • Aplica la estrategia GEL: generalizar, exagerar y limitar. Analiza si la aplicas en tu pensamiento y por ello estás enfadado.
  • Aprender a ser asertivos: Actuar con respeto y prudencia hacía ti mismo y hacia los demás. Si hay algo que no te gusta y desagrada tienes todo el derecho a decirlo y buscar la forma de mejorar la situación o problema.
  • Centrarse en el presente: cuando nos sentimos enfadados y más con una persona, recordamos hechos pasados parecidos que nos enfurecen más. Estamos en el aquí y ahora.
  • Detectar señales: si te fijas, cuando te enfadas, tu cuerpo emite unas señales previas a la explosión. Fisiológicamente hablando, hay cambios que podemos analizar: tensión, aumento de taquicardia, sudor, temblor, etc. Si aprendes a detectar, puedes evitar la explosión final y el descontrol.
  • Usar técnicas como el tiempo fuera. Se refiere a salir de la situación que te está haciendo que te enfades. Y cuando se baje ese nivel de enfado, volver a la situación.
  • Aprender a relajarnos: nos concentramos en la respiración y no en lo que nos enfada.
  • Hacer ejercicio físico, andar, nadar, correr, bailar, escuchar música nos ayuda a canalizar energía.

Y ahora, ¿intentamos enfadarnos menos?

domingo, 19 de enero de 2014

DEPENDENCIA EMOCIONAL. CLAVES PARA DESENGANCHARTE



La dependencia emocional es la necesidad extrema de carácter afectivo que una persona siente hacia su pareja a lo largo de las diferentes relaciones. Domina su bienestar emocional y su capacidad de decidir, a las directrices y criterios de la otra persona.
Estar enganchado a una persona consume energía, libertad y salud mental. Hay que aprender a desprenderse de lo que nos hace daño.
Los seres humanos hemos nacido para establecer lazos con los demás, pero nadie nos enseñó a controlar su impacto en nuestra vida. Algunas personas actúan como un imán, nos abruman, consiguen que nos pleguemos a sus pies y causan malestar si se alejan. La sensación de dependencia es completa. Todos sentimos afecto y simpatía hacia alguien, pero la existencia de ese sujeto no debe condicionar nuestra felicidad. Si no estás dispuesto a la pérdida renuncias a uno de los rasgos innatos del hombre: la autonomía, ser libre.


¿Cómo son las personas que sufren dependencia emocional?

  • Baja autoestima: estado de ánimo bajo, necesitan la aprobación de los demás, falta de habilidades sociales, falta de toma de decisiones.
  • Falta de autocontrol: No estás capacitado para regular tu conducta frente a determinado objeto, persona o idea.
  • Ideas irracionales: “No concibo mi vida sin él”, “Sin él no soy nadie”.
  • Necesidad excesiva del otro. Deseo de acceso constante a la otra persona.
  • Malestar: No estar cerca del motivo de tu adicción te provoca ansiedad.
  • Persistencia: Sabes que las consecuencias de la relación con la persona son negativas, pero no puedes cortar el vínculo de unión.
  • Historia de relaciones: Su relaciones siempre han sido basadas en la sumisión y subordinación. Parejas desequilibradas e inestables. Siempre con miedo a la ruptura.
  • Miedos: la intolerancia, a la soledad, la frustración. Necesidad de gustar a los demás.

El dependiente carece de libertad. No sabe tomar decisiones en primera persona. Es cierto que el objeto de deseo brinda una tranquilidad transitoria mientras está ahí, pero cuando desaparece, la sensación es insoportable. Hablamos de Refuerzo Negativo.

¿Qué podemos hacer?

  • Desprenderse de alguien no implica tener indiferencia afectiva, es decir, que tu dolor no me duela y tu alegría no me alegre. Significa estar contigo pero no sentirme preocupado por la relación, que tú no me definas y yo no te posea.
  • Aprender a ser autónomo: buscar cualidades positivas en ti, valorar tus logros y éxitos, crear metas para cumplir. Aprender a tomar decisiones.
  • Vislumbrar la necesidad del cambio: Aceptar que nada es para siempre. La permanencia no existe. Las cosas cambian, se transforman y se pierden. Hay que incorporar esta filosofía. Cambiar pensamientos negativos y catastrofistas por pensamientos positivos que te ayuden a seguir adelante.
  • No esperar la aprobación social: Convertirse en un banco de niebla. Eres un ser nebuloso que no atrapa insultos ni críticas. Si dejas que las palabras dolorosas te atraviesen, evitarás depender de la aprobación de los demás, por ejemplo.
  • Buscar alternativas gratificantes: Aumento de actividades placenteras, sin necesidad de que tu fuente de felicidad y bienestar sea esa persona.

¿Te atreves a desengancharte?

lunes, 13 de enero de 2014

ANALIZANDO QUÉ TIPO DE PAREJA TENEMOS…



Existen tres elementos imprescindibles en una relación de pareja: la intimidad, el deseo (o pasión) y el compromiso. La combinación de esa tríada vendría aportarnos la relación de pareja satisfactoria. Veamos cada una de estas tres partes:

La INTIMIDAD representa el sentimiento, dentro de la relación, que promueve el acercamiento, el vínculo, la conexión. Las palabras claves son: confianza, conocimiento mutuo, vulnerabilidad, poder y cohesión. Encontramos intimidad cuando existe deseo de promover el bienestar de la persona amada, sentimientos de felicidad, apoyo emocional recíproco, comunicación íntima, entendimiento y conocimiento mutuo, deseos de compartir (tiempo, actividades, amigos, etc), respeto, ayuda y valoración.
Implica la sensación de apoyo incondicional. La encontramos en la pareja pero también en amigos íntimos o la familia.

El DESEO se muestra en la sensación intensa de disfrutar del otro. Palabras claves que determinan este elemento: pasión, anhelo, calor, entusiasmo, vivacidad, apego. Hablamos de deseo cuando existe atracción e interés, búsqueda de placer, satisfacción, sentimiento de pertenencia (no de posesión) y deseo sexual.
Da vivacidad a la relación de pareja y que fomenta un apego saludable. Hace deseable el contacto físico y emocional. Es imprescindible para hablar sobre el amor. Sensación de exclusividad. El deseo no muere por el paso del tiempo, sino por el desencanto, por la habituación, por el deterioro.

El COMPROMISO es el grado en el cual una persona está dispuesta a acoplarse a alguien y hacerse cargo de esa relación hasta el final, es el componente que da estabilidad a la relación. Ser capaces de adaptarse en un proyecto de vida en común. Las parejas que no comparten este componente tienden a ser inestables. Las palabras que mejor definen este elemento son: acuerdo, alianza, lealtad, honestidad, seguridad, libertad.
Hablamos de confianza, responsabilidad asumida, reconocimiento de obligaciones, legítimos intereses personales, de pareja y familiares. No estamos hablando de obligación.

Por lo tanto, el compromiso mantiene la pareja estable de forma deseable, la intimidad consigue que la relación sea más atractiva y el deseo fortalece y refuerza el compromiso y la intimidad.
Existen tres palabras clave en la relación de pareja estable y duradera: incondicionalidad, exclusividad y pertenencia. La primera, la incondicionalidad favorece la intimidad. La exclusividad se relaciona directamente con el deseo. Y la pertenencia, implica la necesidad de compromiso, de continuidad.
Podemos identificar tres formas de relación no plenas y que van a producir una disfunción en la pareja:

  • La pareja inestable: Hay deseo e intimidad pero no hay compromiso. La pareja tiene dificultad en compromisos comunes. Surgen sensaciones positivas cuando comparten el tiempo y el afecto, pero son incapaces de disfrutar proyectados en el futuro.
  • La pareja superficial: Hay compromiso y deseo pero no hay intimidad. Es un tipo de relación donde se reserva la confianza, el apoyo emocional y la comunicación más personal para el amigo íntimo. Es una relación cargada de secretos. La intimidad está en otra persona. Es una relación de proyectos sólidos de futuro y momentos de intenso bienestar y placer, pero carente de profundidad. No hay sensación de cohesión plena.
  • La pareja compañera: Hay compromiso e intimidad, pero no hay deseo. Es un tipo de relación que podemos encontrar en parejas con ciertos años de relación, donde se hay ido produciendo una erosión de lo atractivo, o en parejas que vienen de desengaños amorosos. Es una relación de buenos compañeros. Pero falta la sensación de vivacidad, de apego, de querer estar con la otra persona en búsqueda de placer. Es habitual encontrar relaciones extramaritales esporádicas en este tipo de parejas. Se puede estar muy a gusto de forma situacional con una persona ajena a la pareja.

¿Cómo es tu relación de pareja? Averigua en qué puedes mejorar…