Existen
tres elementos imprescindibles en una relación de pareja: la intimidad, el
deseo (o pasión) y el compromiso. La combinación de esa tríada vendría
aportarnos la relación de pareja satisfactoria. Veamos cada una de estas tres
partes:
La INTIMIDAD
representa el sentimiento, dentro de la relación, que promueve el acercamiento,
el vínculo, la conexión. Las palabras claves son: confianza, conocimiento
mutuo, vulnerabilidad, poder y cohesión. Encontramos intimidad cuando existe deseo
de promover el bienestar de la persona amada, sentimientos de felicidad, apoyo
emocional recíproco, comunicación íntima, entendimiento y conocimiento mutuo, deseos
de compartir (tiempo, actividades, amigos, etc), respeto, ayuda y valoración.
Implica
la sensación de apoyo incondicional. La encontramos en la pareja pero también
en amigos íntimos o la familia.
El
DESEO se muestra en la sensación intensa de disfrutar del otro. Palabras claves
que determinan este elemento: pasión, anhelo, calor, entusiasmo, vivacidad,
apego. Hablamos de deseo cuando existe atracción e interés, búsqueda de placer,
satisfacción, sentimiento de pertenencia (no de posesión) y deseo sexual.
Da
vivacidad a la relación de pareja y que fomenta un apego saludable. Hace
deseable el contacto físico y emocional. Es imprescindible para hablar sobre el
amor. Sensación de exclusividad. El deseo no muere por el paso del tiempo, sino
por el desencanto, por la habituación, por el deterioro.
El
COMPROMISO es el grado en el cual una persona está dispuesta a acoplarse a
alguien y hacerse cargo de esa relación hasta el final, es el componente que da
estabilidad a la relación. Ser capaces de adaptarse en un proyecto de vida en
común. Las parejas que no comparten este componente tienden a ser inestables. Las
palabras que mejor definen este elemento son: acuerdo, alianza, lealtad,
honestidad, seguridad, libertad.
Hablamos
de confianza, responsabilidad asumida, reconocimiento de obligaciones,
legítimos intereses personales, de pareja y familiares. No estamos hablando de
obligación.
Por
lo tanto, el compromiso mantiene la pareja estable de forma deseable, la
intimidad consigue que la relación sea más atractiva y el deseo fortalece y
refuerza el compromiso y la intimidad.
Existen
tres palabras clave en la relación de pareja estable y duradera:
incondicionalidad, exclusividad y pertenencia. La primera, la incondicionalidad
favorece la intimidad. La exclusividad se relaciona directamente con el deseo.
Y la pertenencia, implica la necesidad de compromiso, de continuidad.
Podemos
identificar tres formas de relación no plenas y que van a producir una
disfunción en la pareja:
- La pareja inestable: Hay deseo e intimidad pero no hay compromiso. La pareja tiene dificultad en compromisos comunes. Surgen sensaciones positivas cuando comparten el tiempo y el afecto, pero son incapaces de disfrutar proyectados en el futuro.
- La pareja superficial: Hay compromiso y deseo pero no hay intimidad. Es un tipo de relación donde se reserva la confianza, el apoyo emocional y la comunicación más personal para el amigo íntimo. Es una relación cargada de secretos. La intimidad está en otra persona. Es una relación de proyectos sólidos de futuro y momentos de intenso bienestar y placer, pero carente de profundidad. No hay sensación de cohesión plena.
- La pareja compañera: Hay compromiso e intimidad, pero no hay deseo. Es un tipo de relación que podemos encontrar en parejas con ciertos años de relación, donde se hay ido produciendo una erosión de lo atractivo, o en parejas que vienen de desengaños amorosos. Es una relación de buenos compañeros. Pero falta la sensación de vivacidad, de apego, de querer estar con la otra persona en búsqueda de placer. Es habitual encontrar relaciones extramaritales esporádicas en este tipo de parejas. Se puede estar muy a gusto de forma situacional con una persona ajena a la pareja.
¿Cómo es tu relación
de pareja? Averigua en qué puedes mejorar…
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