domingo, 23 de febrero de 2014

SÍNDROMES Y ENFERMEDADES MENTALES CURIOSAS




 

En el mundo de las enfermedades mentales, hay un sinfín de síndromes que no es más que un conjunto de síntomas que una persona padece. He hecho una recopilación de algunos que me han parecido curiosos por lo que son o por los nombres que han sido acuñados. 


SÍNDROME DE CENICIENTA:
Según el autor Colette Dowling, las mujeres con este síndrome están motivadas por un deseo inconsciente de ser cuidadas, como consecuencia a un miedo de ser independiente. Este complejo lleva el nombre de la Cenicienta, personaje de cuentos folclóricos e infantiles europeos colectados por Charles Perrault y los hermanos Grimm, llevado al cine inicialmente por The Walt Disney Company. Se basa en la idea de las mujeres que retratan en la historia, por ser hermosas, elegantes y amables, pero que no pueden ser personajes fuertes ni independientes, y que deben ser rescatadas por una fuerza externa, por lo general un hombre (por ejemplo, el Príncipe).

SÍNDROME DE COTARD:
También llamado delirio de negación o delirio nihilista. El afectado cree estar muerto (tanto figurada como literalmente), estar sufriendo la putrefacción de los órganos o simplemente no existir. En algunos casos el paciente se cree incapaz de morir.

SÍNDROME DE DIÓGENES:
Es un trastorno del comportamiento que afecta, por lo general, a personas de avanzada edad que viven solas. Se caracteriza por el total abandono personal y social, así como por el aislamiento voluntario en el propio hogar y la acumulación en él de grandes cantidades de basura y desperdicios domésticos.

SÍNDROME DE ESTOCOLMO:
ES una reacción psicológica en la cual la víctima de un secuestro, o una persona retenida contra su voluntad, desarrolla una relación de complicidad, y de un fuerte vínculo afectivo, con quien la ha secuestrado. Se debe, principalmente, a que malinterpretan la ausencia de violencia contra su persona como un acto de humanidad por parte del secuestrador.  Las víctimas que experimentan el síndrome típicamente muestran dos tipos de reacción ante la situación. Por una parte, tienen sentimientos positivos hacia sus secuestradores, mientras por otra parte, muestran miedo e ira contra las autoridades. A la vez, los propios secuestradores muestran sentimientos positivos hacia los rehenes.

 SÍNDROME DE EKBOM:
También denominado delirio parasitario, delirio de infestación o parasitosis imaginaria, es una enfermedad psíquica en la que los enfermos creen tener infestaciones en su casa o sobre si, pudiendo llegar a sufrir picaduras e irritaciones, a veces auto producidas al rascarse compulsivamente. Suele ser detectada por especialistas entomólogos o aplicadores de plaguicidas que tras la visita solicitada por el enfermo no consiguen localizar insecto alguno en la vivienda o sobre el cuerpo de la persona. 

SÍNDROME DE PETER PAN:
Se caracteriza por la inmadurez en ciertos aspectos psicológicos y sociales. La personalidad en cuestión es inmadura narcisista. El sujeto crece, pero la representación internalizada de su yo es el paradigma de su infancia que se mantiene a lo largo del tiempo. Incluye algunos rasgos de irresponsabilidad, rebeldía, cólera, narcisismo, arrogancia, dependencia, negación del envejecimiento, manipulación, y la creencia de que está más allá de las leyes de la sociedad y de las normas por ella establecidas. Todas esto sería una coraza defensiva para protegerse de su inseguridad, miedo a no ser queridos y aceptados. En ocasiones los que padecen este síndrome acaban siendo personajes solitarios. Con escasa capacidad de empatía o de apertura al mundo de los "grandes", al no abrirse sentimentalmente, son vividos como individuos fríos o no predispuestos a darse, lo que vuelve como un boomerang a través de la no recepción de entregas o muestras ajenas de cariño. 

SÍNDROME DE WENDY:
Se puede definir como el conjunto de conductas que realiza una persona por miedo al rechazo, por necesidad de sentirse aceptada y respaldada, y por temor a que nadie la codicie. En definitiva, por una necesidad imperiosa de seguridad. Cuando el sujeto actúa como padre o madre en su pareja o con la gente más próxima, liberándoles de responsabilidades, podemos hablar de Wendy, estas conductas pueden darse tanto dentro del núcleo familiar, en los roles de padre/madre sobre-protectores, como en las relaciones interpersonales, con aquellas personas muy cercanas. La madre que despierta todos los días a su hijo para que no llegue tarde a la universidad, aquella que le haga los deberes, le resume las lecciones o subraya los apuntes, la esposa que asume todas las responsabilidades domésticas… es una Wendy en el núcleo familiar. Lo mismo ocurre en la relación de pareja si es ella y no él quien toma todas las decisiones y asume las responsabilidades, actúa como madre o padre y como esposa/esposo o justifica la informalidad de su pareja ante los demás. Para hablar de un verdadero Síndrome de Wendy es preciso tener en cuenta que todas estas acciones se basan en un terror al abandono, que son inmutables y que persisten como tales, con en el transcurso del tiempo. 

domingo, 16 de febrero de 2014

ANOREXIA Y BULIMIA: ¿CÓMO FUNCIONAN? DIFERENCIAS Y SIMILITUDES



Existe una alarma social sobre el aumento de la anorexia y la bulimia entre los adolescentes en los últimos años. Está vinculado a la presión que ejercen los medios de comunicación y la publicidad en favor de los estereotipos estéticos corporales extremadamente delgados. Ser delgada y esbelta es sinónimo de triunfo, con un alto valor personal.
Estos trastornos son la expresión de la forma en que algunas personas enfrentan a la vida y el control que tienen como objetivo lograr su vida a través de alimentos. 
Cuando una persona desarrolla un trastorno de la alimentación, en ella se produce una serie de cambios que muchas veces no es consciente. Cambios en la forma de pensar, de hacer y de sentir. 
A saber:

  • Respuesta cognitiva: Tiene una clara convicción de que está gorda. Pierde peso, se exige mucho, pero nunca considera que sea suficiente. Piensa que estar gorda es horrible, catastrófico, terrible. Te imposibilita a tener amigos, pareja, triunfar en el ámbito tanto personal como profesional. Usan ropa holgada, ya que estas personas están convencidas que los demás se fijarán en ella y las juzgarán.
  • Respuesta emocional: Predomina la ansiedad en estas personas. Existe una auténtica fobia a engordar. Hay malestar incesante en ellas. Si la persona tiene conciencia del problema, algo que pasa con la bulimia,  pueden aparecer sentimientos de culpa y preocupación. Puede aparecer una tristeza permanente incluso llegar a depresión. Son personas que siempre están irascibles, enfadadas. En anorexia, también puede aparecer placer por la sensación de control sobre su cuerpo.
  • Respuesta comportamental: Pueden llegar a aparecer incluso rituales. En la anorexia se hace una dieta severa. Cortan trocitos muy pequeños, realizan trucos para esconder la comida.  En cuanto a la bulimia, la dieta suele ser menos estricta. Es típico intercalar atracones de comida con la realización de dietas. Tienden a evitar situaciones sociales.

Estos trastornos de la conducta alimentaria tienen muchas características en común. Pero hay ciertas diferencias como voy a comentar ahora:

  • Los dos se presentan principalmente en las mujeres, pero la edad de aparición es diferente, la anorexia generalmente comienza alrededor de 13 años y bulimia suele  aparecer más tarde, a los 17.
  • El peso corporal también es diferente. Los anoréxicos están muy por debajo de su índice de masa corporal mientras que la bulimia o está en un peso normal o ligeramente por encima.
  • Las complicaciones físicas que aparecen en ambos trastornos tienen elementos en común, tales como el hecho de usar laxantes o vómitos. Pero hay diferencias. El daño en el organismo de la persona con  anorexia puede ser irreversible debido a la muerte del 10% de las personas que la padecen. Graves problemas cardíacos, gastrointestinales, cálculos renales, anemia, piel, pérdida de pelo, etc.. En la bulimia, la principal complicación es por los vómitos y el uso de laxante y diuréticos: se hinchan las glándulas salivales, deshidratación extrema o deterioro del esmalte de los dientes. Aunque los dos problemas están ocultos, la anorexia es generalmente más difícil de ocultar.
  • La forma de comer también involucra las diferencias. En la bulimia, aunque la dieta puede llegar a ser grave, casi nunca llega a extremos como anorexia. La mitad de los anoréxicos también sufren episodios de autoingesta, que fueron seguidos por vómitos. Por otro lado, no todos los que padecen bulimia utilizan el vómito, laxantes y diuréticos como estrategias de control.
  • Algunos de ellos únicamente dieta y deporte extremo. Hay veces que la actitud hacia el problema es generalmente diferente. Aunque los dos problemas tienden a negar la existencia de este trastorno, generalmente en pacientes con anorexia, tienes menos comprensión del trastorno. Es decir, la persona no cree que padezca un grave problema.


domingo, 9 de febrero de 2014

LA TRAMPA DE LA DEPRESIÓN: CLAVES PARA ENTENDERLA Y SALIR DE ELLA



Para poder entender qué es la depresión tal vez debería empezar por definir el concepto de felicidad. La felicidad humana es el equilibrio de una  persona entre los reforzadores positivos y negativos que tiene en su vida. Por reforzadores entendemos aquello que, en el caso de positivo, nos gusta, nos satisface, nos llena, nos da tranquilidad, y negativos, todo lo contrario. Los reforzadores son subjetivos. Esto quiere decir que para una persona algo puede ser muy importante para su vida, y en cambio, lo mismo, para otra persona, no tiene el mismo valor. Por ejemplo, para una persona perder el trabajo, puede hacer que su vida se desmorone ya que era un pilar muy importante de su vida. En cambio, para otra, es una oportunidad perfecta para reinventarse y crecer.
La depresión siempre empieza por una pérdida, como he comentado antes es subjetiva. La balanza cae hacia lo negativo. Además, hay que tener en cuenta la vulnerabilidad de la persona tanto biológica como psicológicamente. Si la persona tiene habilidades de afrontamiento frente a situaciones de crisis, la educación que ha tenido, etc. Esto influye en cómo vives esa pérdida.
Esta pérdida puede ser: la muerte de un ser querido o una ruptura sentimental, pequeñas pérdidas que van concatenando unas con otras, algo positivo se vuelve aversivo, etc.
Esta pérdida de la que hablamos desencadena una serie de respuestas. Por una parte, empiezan a aparecer una serie de pensamientos, creencias irracionales que las cogemos como ciertas e invaden nuestro ser: “Soy incapaz de hacer tal cosa”, “soy un desastre”, “nunca lo conseguiré”, “no puedo vivir sin él”,  “esto es injusto” “¿Por qué a mí?”, etc.
Por otra parte desencadena una serie de emociones negativas como son la tristeza, la ira, la desesperanza, el miedo, la rabia, etc.
Estas respuestas anteriores hacen que automáticamente aparezca la inercia de dejar de hacer las cosas. No nos apetece hacer nada, se no hace un mundo. Primero, dejamos de hacer actividades agradables y más adelante las obligatorias como ir a trabajar o la higiene personal.
Estas actividades que antes nos parecían placenteras como era por ejemplo quedar con los amigos, ir al cine, hacer deporte, las dejamos de hacer. Por lo tanto, automáticamente tenemos más pérdidas en nuestras vidas, perdemos reforzadores que antes nos complacían y ahora no los hacemos. Y estas pérdidas hacen que volvamos al círculo vicioso de la llamada trampa de la depresión.

¿Qué podemos hacer?

  • Cambiar el “No me apetece” por el “Tengo que hacerlo”: la inercia comentada anteriormente hace que se nos haga un mundo algo que anteriormente lo hubiéramos hecho de forma automática.  Escojamos algunas actividades que antes nos gustaban mucho y que ahora no nos costaría mucho hacerlas, es decir, no nos sería un gran esfuerzo. Nos obligamos a hacerla. Esto hace que hagamos una actividad agradable y al hacerla nos sintamos mejor, y por lo tanto, aparezca de nuevo una pizca de refuerzo. Si imaginamos que la trampa de la depresión es como un espiral que nos tira hacia abajo, con esto lo que hacemos es que cambie la dirección de la misma.
  • Hacer ejercicio físico: obligarnos aunque sea pasear un ratito cada día, nos va a ayudar a sentirnos mejor ya que al hacer deporte segregamos serotonina de forma natural y esto nos hace sentir bien.
  • Cambia tus pensamientos negativos y catastrofistas por positivos: si tu pensamiento es “No soy capaz”, seguro que no lo serás. Coge tu pensamiento como una hipótesis y comprueba que lo que piensas es verdad. ¿Tienes pruebas de que lo que dices es cierto? ¿La emoción es acorde con la realidad? ¿De qué te sirve pensar de esa manera? ¿Usas palabras en términos de blanco o negro? Busca alternativa de pensamiento.
  • Aprende habilidades de afrontamiento frente a situaciones: para que aumente la autoestima debemos aprender habilidades de resolución de problemas, ser capaz de tomar decisiones y tener mayor autonomía. Además de trabajar la asertividad para tener la capacidad de expresar sentimientos y pensamientos sin el objetivo de ofender a otra persona velando por nuestros derechos. O la capacidad de decir no.

¡Que no te atrape la trampa de la depresión!

domingo, 2 de febrero de 2014

¿ERES ADICTO AL MÓVIL?



El uso de las nuevas tecnologías es útil, son entretenidas y divertidas. Pero es necesario utilizarlas de forma apropiada.
La adicción al teléfono móvil está creciendo cada vez más en la sociedad. El avance de la tecnología y la creación de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp ha provocado que las personas utilicen estos dispositivos a todas horas, creando una dependencia total que puede desembocar en graves problemas.
El uso del móvil se ha ido generalizando en toda la población y extendiendo a todas las capas sociales y franjas de edad. Conforme van apareciendo nuevos desarrollos tecnológicos, éstos se van incorporando al móvil, de manera que se amplían sus funciones y su uso.
Es habitual ver grupos de amigos que están más pendientes del teléfono que de la conversación o gente que en su trabajo pierde a menudo la concentración, debido a la incapacidad de no utilizarlo. Incluso ha aparecido una enfermedad, la nomofobia, el miedo a salir a la calle sin el móvil.
Comparten con las adicciones tóxicas algunos de los procesos psicológicos responsables del origen y mantenimiento del problema.

La dependencia del móvil se caracteriza por los siguientes síntomas:

  • Tolerancia: cada vez se necesita usar más el móvil para conseguir los mismos objetivos. El móvil actual ya resulta insatisfactorio
  • Abstinencia: malestar emocional cuando no se puede utilizar o si se lleva un tiempo sin usarse y se alivia este malestar cuando lo usas de nuevo
  • Se utiliza más de lo que se pretendía inicialmente
  • Deseo por dejar de usarlo, pero ser incapaz de dejarlo
  • Emplear tiempo excesivo en actividades relacionadas con los móviles, que le llegan a interferir con actividades cotidianas
  • Dejar de hacer otras actividades por utilizar el móvil
  • Seguir utilizando el móvil a pesar de saber que te perjudica

 ¿Qué podemos hacer para prevenir esta dependencia?

  • Educar a los niños, adolescentes y jóvenes adecuadamente acerca del uso de las nuevas tecnologías, y ser más conscientes de la publicidad empleada por las compañías telefónicas para que hagamos cada vez más uso de ellos.
  • Pensar dos veces antes de comprobar si hay algún aviso en el móvil: ¿es realmente necesario ahora mismo?, ¿cuánto tiempo hace que lo comprobé?
  • Realizar actividades físicas, deportivas, sociales, creativas, culturales, etc. fuera de internet o las redes sociales y sin estar pendiente del móvil.
  • Aumentar el número de actividades que impliquen interacción social directa.
  • Estar más en contacto con la naturaleza.
  • Estar más en contacto con actividades de nuestro interés, ocio, etc. que mantengan nuestra atención y concentración alejada del teléfono y la necesidad de utilizarlo para estar en contacto con los demás.
  • Utilizar tarjeta prepago o alguna forma de contrato que te permita limitar el consumo para un entrenamiento en autocontrol de comunicación eficiente.
  • Desconectar el móvil, o al menos ponerlo en silencio durante los periodos en los que se estén realizando otras actividades cuya interrupción sea perjudicial o inconveniente
  • Dedicar un tiempo para revisar los mensajes y llamadas recibidas para evitar el intrusismo comentado antes

¿Te sientes identificado? Pide ayuda