El uso de las nuevas tecnologías
es útil, son entretenidas y divertidas. Pero es necesario utilizarlas de forma
apropiada.
La adicción al teléfono móvil
está creciendo cada vez más en la sociedad. El avance de la tecnología y la
creación de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp ha provocado
que las personas utilicen estos dispositivos a todas horas, creando una
dependencia total que puede desembocar en graves problemas.
El uso del móvil se ha ido
generalizando en toda la población y extendiendo a todas las capas sociales y
franjas de edad. Conforme van apareciendo nuevos desarrollos tecnológicos,
éstos se van incorporando al móvil, de manera que se amplían sus funciones y su
uso.
Es habitual ver grupos de amigos
que están más pendientes del teléfono que de la conversación o gente que en su
trabajo pierde a menudo la concentración, debido a la incapacidad de no
utilizarlo. Incluso ha aparecido una enfermedad, la nomofobia, el miedo a salir
a la calle sin el móvil.
Comparten con las adicciones
tóxicas algunos de los procesos psicológicos responsables del origen y
mantenimiento del problema.
La dependencia del móvil se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Tolerancia: cada vez se necesita usar más el móvil para conseguir los mismos objetivos. El móvil actual ya resulta insatisfactorio
- Abstinencia: malestar emocional cuando no se puede utilizar o si se lleva un tiempo sin usarse y se alivia este malestar cuando lo usas de nuevo
- Se utiliza más de lo que se pretendía inicialmente
- Deseo por dejar de usarlo, pero ser incapaz de dejarlo
- Emplear tiempo excesivo en actividades relacionadas con los móviles, que le llegan a interferir con actividades cotidianas
- Dejar de hacer otras actividades por utilizar el móvil
- Seguir utilizando el móvil a pesar de saber que te perjudica
¿Qué podemos hacer para prevenir esta dependencia?
- Educar a los niños, adolescentes y jóvenes adecuadamente acerca del uso de las nuevas tecnologías, y ser más conscientes de la publicidad empleada por las compañías telefónicas para que hagamos cada vez más uso de ellos.
- Pensar dos veces antes de comprobar si hay algún aviso en el móvil: ¿es realmente necesario ahora mismo?, ¿cuánto tiempo hace que lo comprobé?
- Realizar actividades físicas, deportivas, sociales, creativas, culturales, etc. fuera de internet o las redes sociales y sin estar pendiente del móvil.
- Aumentar el número de actividades que impliquen interacción social directa.
- Estar más en contacto con la naturaleza.
- Estar más en contacto con actividades de nuestro interés, ocio, etc. que mantengan nuestra atención y concentración alejada del teléfono y la necesidad de utilizarlo para estar en contacto con los demás.
- Utilizar tarjeta prepago o alguna forma de contrato que te permita limitar el consumo para un entrenamiento en autocontrol de comunicación eficiente.
- Desconectar el móvil, o al menos ponerlo en silencio durante los periodos en los que se estén realizando otras actividades cuya interrupción sea perjudicial o inconveniente
- Dedicar un tiempo para revisar los mensajes y llamadas recibidas para evitar el intrusismo comentado antes
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