El otro día hablando con una paciente me hizo ver un claro
ejemplo de lo que es estar en un estado de conformismo. Me habló de alguien
cercano a ella que sufría de ansiedad y de un estado permanente de
irritabilidad y tensión. Para esta persona, pedir ayuda significaba abrir su “caja
de pandora”, y con ello, dejar que fluyeran muchos recuerdos que le producen
mucho malestar. Ella ha elegido y prefiere estar en aquello que conoce antes
que sufrir por algo que para ella está olvidado. Hablamos de su Zona de Confort.
A pesar de que no es bueno para ella ya que no es feliz, y su estado de ánimo
está muy decaído. ¿Qué le sucede a esta persona? ¿Por qué no buscar luchar por
un bienestar psicológico mejor?
La Zona de Confort
la podríamos definir como un conjunto de límites, tanto físicos como sobre todo
psicológicos, que se ponen las personas para llevar el día a día, de una forma
estable y sin sobre saltos. Las personas se acomodan y renuncian a tomar
iniciativas que les permitan coger las riendas de su vida. Es más, nos enseñan
que debemos buscar estabilidad en nuestras vidas, y la zona de confort es lo
que nos da.
Seguro que de vez en cuanto analizas a alguien y observas que
lo tiene todo: trabajo, familia, amigos, salud, etc… pero no es feliz. Son ese
tipo de personas que su sueño tal vez es demasiado arriesgado y podría
tambalear su vida “perfecta”, tiene miedo y no lo hace. El miedo, realmente creo
que es el pilar que bloquea a las personas para tomar decisiones al cambio,
responsabilizarse de sus comportamientos y mirar hacia delante. El miedo es
realmente subjetivo.
Todo aquel que haya salido de su zona de confort se siente
satisfecho, ya que ha tenido una buena motivación, motor esencial para salir de
ella y poder conseguir los logros.
La zona de confort es un estado mental, es decir, plantéate
si las barreras que ves son reales o son producto de tu interpretación. Tu zona
de confort realmente es solo tuya y para otra persona puede ser catastrófico. Fíjate
que salir de ella significa hacer cosas nuevas, adquirir nuevos hábitos. Ponernos
objetivos nuevos.
Analiza tus propios pensamientos, fíjate si tu pensamiento es
más bien del tipo “No soy capaz de hacer eso…” ¿En qué te basas para pensar
esto? Si tu creencia es negativa hacia ti, es normal que afiance tu miedo. Proponte
pequeñas metas, para demostrarte a ti mismo que sí que eres capaz, y que todo
está en el poder de tu pensamiento.
Plantéate, ¿de qué tienes miedo? ¿Qué es lo que hace que te
bloquee avanzar? ¿Con que te estás justificando? ¿De qué te quejas?
Realmente, salir de la zona de confort no es más que mejorar
como persona y sentirse bien con uno mismo. Ver realizar tu sueño lo mejor que
podemos hacer.
¡Analízate y sal de tu zona de
confort!
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