La vida a veces nos lleva por caminos que a priori parecen
diseñados desde el punto de vista de nuestro piloto automático.
Es una continua alerta que jamás debemos bajar la guardia, yo
siempre intento explicar a mis pacientes que desde que se ha cruzado la línea
de abuso hacia la dependencia, ya no hay vuelta atrás. En nuestro cerebro se
tatúa un interruptor que cuando conseguimos estar abstinente no se borra sino
que ponemos en modo OFF. Apagamos la luz pero no significa que ya “estamos
curados” sino que le hemos dado al botón. Una manera de saber si has cruzado la
línea es identificar si el consumo lo haces por placer (refuerzo positivo) o
por aliviar el malestar que te produce si no consumes (refuerzo negativo).
En un momento dado se toma esa decisión y aparecen otras
prioridades en la vida de la persona. Empieza a tomar las riendas de su vida, a
tener objetivos, a importarle valores como la familia,…
El problema aparece cuando llevas tiempo sin consumir, te
encuentras bien, llevas una vida relativamente normalizada. Y aparentemente de
repente, se cruza el pensamiento: “Por una no pasa nada”. Este pensamiento es
el lobo disfrazado de cordero, es la llave que puede abrir la caja de pandora. Tomamos
decisiones aparentemente irrelevantes que de forma inconsciente hacemos como
por ejemplo, salir de fiesta con alguien que tú consumías con él, y aparece el “no
tiene por qué haber ningún problema porque lo tengo superado”.
Si te fijas, tal vez detrás subyacen otros factores que han
hecho que cedas en ese momento. Fíjate qué tipo de pensamiento has tenido
últimamente, si tienes algún tipo de preocupación…
Recuerda que cuando consumías tu automatismo frente a
cualquier situación que te desbordaba era consumir, era tu vía de escape. Si
estabas triste, consumías, si estabas estresado, consumías, si estabas enfadado
o aburrido, consumías y un largo etcétera.
Y esto no se olvida sino que permanece en lo más profundo.
Después de un tiempo de abstinencia, podríamos decir que la
recaída es volver a dar de una manera regular la conducta adictiva y volver al
estilo del adicto.
¿Qué podemos hacer para prevenir
una recaída?
- Analiza cuáles son los disparadores que te hacían consumir tanto externos (situaciones o personas) como internos (pensamientos y emociones)
- Manejo del craving, recuerda que esa “necesidad súbita” no es estática sino que en pocos minutos notarás que disminuye
- Aprende habilidades sociales como la capacidad de decir no
- Busca un equilibrio en todos los ámbitos de la vida, si uno cojea tambaleas pero no caes
- Cuidado con el efecto EVA (efecto de la violación de la abstinencia): Si hay una caída, un desliz, aparecen una serie de sentimientos negativos hacia uno mismo, de fracaso. Pensamientos del tipo “no soy capaz de superar esto” y “por eso caído otra vez”, “no puedo luchar contra esto”, etc. Esto mismo es lo que debes manejar porque te lleva de la mano directo a una recaída en toda regla
El camino es duro pero no imposible ¡Puedes hacerlo!
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