Vamos a pensar primero en qué nos
diferenciamos con los animales. Imaginemos a una cebra con sus compañeras
tranquilamente paseando por un prado. De repente aparece un tigre que va a por
ellas. Su reacción es correr con todas sus fuerzas. La cebra está estresada, es
decir, su cuerpo padece una hiperactivación frente una amenaza real. Cuando el
tigre caza a una compañera y a ella no, ella “descansa”, y vuelve a su estado
normal, sin preocupaciones.
Por tanto, las diferencias entre
un animal como la cebra y un humano son varias. Tenemos el área cognitiva, ya
que somos capaces de pensar en lo ocurrido durante mucho tiempo o incluso
pensar en cosas que todavía no han pasado. Los animales, en cambio, viven el
aquí y ahora. Nos diferencia también el estilo de vida. Me refiero a que ellos
tienen menos preocupaciones. Sólo les preocupa las necesidades básicas como es
comer o huir de una amenaza.
Otra diferencia con los humanos
es la empatía por los otros. Es decir nos preocupamos por problemas ajenos,
algo que con la cebra que se come a su compañera no pasa.
En resumen, el estrés es un mecanismo de supervivencia
que hace que nuestro cuerpo se hiperactive para responder frente a una amenaza.
Es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio
emocional de la persona. En esta reacción participan casi todos los órganos y
funciones del cuerpo, incluidos cerebro, los nervios, el corazón, el flujo de
sangre, el nivel hormonal, la digestión y la función muscular.
Hay que explicar que el estrés es
pura química. El cortisol es la llamada hormona del estrés. Junto con la
adrenalina y la noradrenalina. Esto hace que estemos hiperactivados.
Por otra parte, nuestro cuerpo
busca un equilibrio y segrega unas endorfinas opioides. Pero hay veces que no
hay suficiente y debemos ayudarlo a descargar ese estrés. Es decir, en vez de
ser un mecanismo de supervivencia se convierte en un mecanismo de sufrimiento.
La frustración y la impotencia
estresan y se va acumulando. Si hablamos de estrés laboral se refiere a cuando
las demandas del entorno superan los recursos que creemos que tenemos.
Tan malo es no tener nada de
estrés como tener demasiado. Debemos buscar el equilibrio.
Entonces, ¿Qué es la ansiedad? La
ansiedad es el síntoma principal del
estrés. La ansiedad es el estrés que continua después de que el factor
estresante haya desaparecido. Hablamos de la respuesta fisiológica ante la
amenaza: taquicardia, sudor, tensión, temblor, etc.
Hay que tener en cuenta lo siguiente: Si hay
estrés hay ansiedad. Pero puede que haya ansiedad sin estrés. Hay situaciones
que aparece ansiedad sin haber un estresor externo. Las personas que sufren
ataques de pánico interpretan sus sensaciones fisiológicas como catastróficas y
que les va a pasar algo. Aquí no hay nada externo que lo provoque.
En otras palabras, la ansiedad es
como una actriz que merece muchos óscar, es decir, por muy bien que haga su
papel y te lo creas, no es más que eso, una interpretación.
Y tú, ¿Qué tienes?
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