domingo, 4 de mayo de 2014

CELOS EN PAREJA: CUANDO SON PATOLÓGICOS



Hace poco conocí a un hombre que controlaba a su mujer hasta tal extremo que se había hecho insoportable. Se habían instalado una alarma en casa de tal manera que si alguien entraba en casa o salía, automáticamente se enviaba un mensaje de texto a él. Entonces llamaba a su mujer para preguntar que había ido a hacer en casa. Con la excusa de la seguridad controlaba a la mujer ya que su creencia era que en cualquier momento ella iba a ir a casa con un hombre. Al comprobar que no era así aliviaba su malestar, su ansiedad. ¿Esto es forma de vivir? ¿Es una relación de pareja sana? ¿Esa desconfianza en que se basa?
Según Echeburúa, los celos son un sentimiento de malestar causado por la certeza, la sospecha o el temor de que la persona querida, a quien se desea en exclusiva, prefiere y vuelve el afecto hacia una tercera persona. Puede aparecer en cualquier momento de la relación pero hay momento que preceden como es el cambio de trabajo de la pareja o tener un niño.
Para que los celos sean patológicos deben conjugarse cuatro elementos:

  • Que no haya provocación, es decir, que no sea justificada
  • Que haya un dolor emocional intenso como es la tristeza, la ira o el enfado
  • Que haya una interferencia en la vida real
  • Que haya conductas de control o comprobación

¿Cómo es una persona celosa?
Normalmente la persona celosa suele ser una persona posesiva, con baja autoestima e insegura de sí misma, además de poder tener experiencias anteriores de desconfianza como haber sufrido una infidelidad en una anterior relación. Tienen una percepción de ellas mismas muy pobres y muy inferiores de sus parejas.
Viven las relaciones de pareja con mucha ansiedad y preocupación por el miedo al abandono. Su principal fuente de refuerzos positivos viene de sus parejas. No son capaces de hacer nada solas.
Aparecen diferentes pensamientos en la persona celosa sin ningún tipo de fundamentos sino que se crean unas creencias irracionales que se van haciendo más fuertes. Por ejemplo, pensamientos del tipo posesivo (“Mi pareja tiene que hacer lo que yo quiera”), excesiva dependencia (“Lo necesito”), de baja autoestima (“No estoy a la altura de mi pareja”) o de desconfianza (“La gente no es de fiar”).

¿Por qué se mantiene el problema?
Pasan gran parte de su tiempo comprobando si su pareja les es infiel. Son rituales de comprobación. Esto lo viven con gran ansiedad. Cuando comprueban y están seguros que no ha sido como creían, disminuye el malestar en el momento pero en breve vuelve a saltar la alarma. Y hasta que no comprueba otra vez sube el nivel de malestar.
La pareja, para que la persona no sufra, sin darse cuenta refuerza sus conductas y empieza a evitar situaciones que hace que él otro le crea la duda, hasta que llega un momento que la relación es insostenible.

¿Conoces de alguien así?

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