lunes, 12 de mayo de 2014

ENTENDIENDO LA LUDOPATÍA




La ludopatía se caracteriza por una pérdida de control y una relación de dependencia con respecto al juego de azar. El jugador patológico no consigue resistir los impulsos, crónicos y progresivos, de jugar, aun sabiendo que su adicción interfiere muy negativamente en su vida personal, familiar y profesional.
Entre los jugadores patológicos abundan los trastornos del estado de ánimo, como la ansiedad, la depresión, baja autoestima, la inadaptación, falta de apoyo social y/o pareja u otras adicciones.
Son personas que tienden a la negación de la enfermedad, la mentira y el autoengaño,  como en otras adicciones.
A veces las familias no entienden cómo una persona dependiente al juego no puede dejar de jugar. De alguna manera se logra entender mejor una adicción tóxica ya que introduces una sustancia en el organismo. Pero la ludopatía como otras adicciones comportamentales como es la adicción a las compras o al sexo, funciona exactamente igual que una adicción a cualquier sustancia. Características:

  • El patrón del Síndrome de Abstinencia tiene características similares: impulso a repetir la conducta, es decir volver a jugar. Acumulación de tensión hasta que se completa la conducta. Alivio del malestar cuando se realiza la conducta. La reducción del malestar refuerza negativamente la conducta adictiva y ésta se consolida. Y se vuelve de forma gradual al impulso.
  • Los procesos implicados en adquirir la conducta: al principio se juega por placer, para ganar dinero, sensaciones agradables. Esto es refuerzo positivo. Además en situaciones similares se vuelve a repetir la conducta. Control mediante claves externas. Aquí aparecen  una serie de pensamientos y reacciones emocionales que ejercen un papel importante sobre el individuo.
  • Desarrollo de la tolerancia: cada vez necesitan más ya que el refuerzo que obtienen cada vez es menor.
  • Reducción de otras conductas adaptativas: el juego empieza a ser prioridad en sus vidas. La fascinación inicial se convierte en obsesión.
  • Deterioro de las relaciones sociales, familiares o laborales. Ira, excesiva activación, cambios de humor, ruina económica, destrucción familiar, etc.
Los pensamientos que aparecen en estas personas son sesgos cognitivos referentes a la falsa creencia del control de juego. No solo inducen a jugar sino que les ayudan a justificarlos. Sirven para mitigar la angustia que sufren por la disonancia cognitiva, es decir, la culpabilidad que les corroe por dentro:

  • Ilusión de control: Tienen la idea equivocada de que es posible disponer de una estrategia útil para conseguir ganar en los juegos de azar. El que uno tenga la creencia de que sea cierto no significa que lo es. Uno de los elementos que permite que haya esta ilusión es el hecho de poder apretar un botón o apostar por un número u otro.
  • Inestabilidad del tamaño muestral: El jugador pretende predecir la aparición de un evento conociendo unas jugadas anteriores. Por ejemplo, si ha salido 5 veces el 33, la probabilidad de que vuelva a salir es muy alta. Es falso, tiene la misma probabilidad.
  • Disponibilidad y representatividad: Todos los números tiene la misma probabilidad de ocurrencia. Ejemplos de pensamiento: “es un numero feo”.
  • Correlación ilusoria: También se llama pensamiento mágico. Usar algún tipo de amuleto para que te dé suerte. Hablamos de conductas supersticiosas.
  • Ratificación del sesgo: Cuando no se cumplen las predicciones se buscan justificaciones. Por ejemplo, “no llevaba mi boli de la suerte”. O “yo tengo el número 323 y ha ganado 3l 324, casi gano”
¿Conoces de alguien con esta problemática?

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