¿Cuántas veces hemos vivido
alguna situación que nos ha producido malestar? Y en estas situaciones,
¿cuántas veces hemos intentado evitarlas y se han hecho más fuertes? Hablamos
de emociones negativas como es la tristeza o la rabia, la preocupación
incesante por algo. Hemos intentado evitar ese malestar y lo que hemos
conseguido es el efecto contrario, encontrarnos peor. Una sensación de
descontrol total sobre nuestras emociones.
Tolerar el malestar es la habilidad de percibir lo que me rodea sin
la petición de que sea diferente, es decir, experimentar mis emociones sin
intentar cambiarlas, observar mis pensamientos y acciones sin intentar
controlarlos, sino que sigan su curso.
Tolerar no significa juzgar algo
como bueno, “aceptar” la realidad no es lo mismo que “aprobarla”. Lo importante
es ser capaz de tolerar lo que está ocurriendo en esas situaciones en las que
es muy complicado hacer un cambio en ese momento. El objetivo sería aprender a
afrontar una situación que nos cause malestar sin convertirla en una situación
interpretada como catastrófica. Se trata de afrontar situaciones de crisis
sobreponiéndose a las emociones que provoca.
Se presentan cuatro técnicas para
ayudarnos a tolerar ese malestar. No se pretende solucionar el problema pero sí
hacerlo más llevadero. Éstas son:
- Analizar pros y contras sobre tolerar o no tolerar el malestar: Hablamos de ver el coste emocional de hacer una cosa u otra. Si aceptamos la situación y dejamos que la emoción se canalice ser más llevadero si intentamos evitarla.
- Técnicas de “Porque yo lo valgo”: La idea es confortarse a uno mismo. Intentar hacer un esfuerzo en actividades agradables relacionadas con el cuidado de uno mismo. Para que haya más eficacia intenta usar los cinco sentidos. ¡Focalízalos! Darse un baño relajante, escuchar una canción que te guste y te traiga recuerdos positivos, etc.
- Habilidades de distracción: Su objetivo es reducir el contacto con loes estímulos emocionales para poder tolerar mejor la respuesta emocional. Ejemplo: hacer ejercicios mentales que impliquen esfuerzo cognitivo como calcular mentalmente o pensar en qué pueden trabajar las personas que van por la calle, realizar técnicas distractoras, o hacer cosas por los demás para dejar de centrarse con uno mismo.
- Mejorar el momento: El fin es sustituir los aspectos negativos por algunos positivos. La idea es buscar una alternativa a tu pensamiento, algo menos negativa. Hablamos de reestructurar el significado de lo que ha pasado, usando, en la medida de lo posible, la normalización, desdramatizando la situación o buscando un significado al sufrimiento que ese momento estás sintiendo.
¿Lo intentamos?
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